Caer en diálisis es una experiencia que transforma la vida de cualquier persona, sin importar la clase social, religiosa o raza a la que pertenezca. Pero caer en diálisis y ser tratado en un hospital público de la República Dominicana, es una de las peores experiencias que pueda vivir un ser humano.
Al autor de estas líneas le tocó vivir y convivir durante cinco largos años con la miseria, el hacinamiento y la falta de gerencia administrativa propias de nuestros hospitales.
La muerte acecha a cada instante. Implacable, el sufrimiento doblega los corazones más fuertes. La fe se convierte en incertidumbre.
Como la mayoría de los pacientes, llegamos sin entender nada, por ser la enfermedad renal, una dolencia de la que muy poco oímos hablar.
Llegan entonces las preguntas obligadas: ¿Por a mi?...Que he hecho para merecer esto?....¿Será la diálisis por un tiempo?...¿Que puedo o no comer?...¿Que puedo o no hacer?...¿como será mi relación de pareja en términos de la sexualidad?...¿Que roll puedo jugar en la sociedad?
Bajo estas circunstancias, comenzamos a investigar todo lo relativo al mundo que rodea al paciente renal, las limitaciones de nuestro medio, la escasez de informaciones y sobre todo, la inexistencia de un documento dirigido a orientar debidamente a este tipo de paciente. Todo esto nos llevaría posteriormente a escribir el “Manual del Paciente Renal”, publicado en el año 2005: pequeño libro donde recopilamos las principales informaciones que necesita un paciente en diálisis, así como las experiencias vividas durante nuestros primeros años.
Posteriormente observamos que no existía en nuestro país un organismo verdaderamente integrado y dirigido por personas en diálisis, que asumiera la defensa de los derechos del paciente renal; que denunciara las situaciones inhumanas y hasta abusos a los que se ve sometido. Encarar la falta de atención a tiempo, darle una mano a aquellos pacientes de menos recursos económicos, decirle al paciente nuevo, que la vida no termina con la diálisis, que el mundo es todavía hermoso y que podemos disfrutarlo, aún con las obstáculos y limitaciones que podamos encontrar; que Dios no nos ha abandonado y que por ello nos ha dado una nueva oportunidad de vivir.
Es así como en el año 2005 iniciamos los trámites para constituir la Asociación de Pacientes Renales Sendero de Vida. ¡Hoy somos ya una realidad!.
Eddis B. Castillo Astacio
Gracias por todo lo que en este blog nos enseñas.
Todos los que hemos vivido esta situación nos vemos reflejados en tus palabras. Tu valentía pone a disposición de tus lectores lo que se siente, lo que se vive desde que nos dicen que padecemos una insuficiencia renal terminal. Por ello, gracias de nuevo. No hemos podido resistirnos a hablar de ti en nuestro blog. Ha sido un orgullo.
Atte.
Beatriz González.