Cuando la insuficiencia renal avanza hasta condiciones en las cuales ni la dieta ni el tratamiento conservador son ya efectivos se hace necesario instaurar el tratamiento mediante sesiones de diálisis que permitan sustituir las funciones del riñón enfermo. La diálisis consiste en aprovechar las propiedades de una membrana semipermeable (con poros microscópicos) para conseguir una depuración de la sangre de los elementos tóxicos. También nos va a permitir eliminar el peso excesivo producido por la acumulación de líquido a través de una máquina de hemodiálisis.
La diálisis es un procedimiento artificial que permite extraer de la sangre del paciente sustancias nocivas o tóxicas para el organismo, (úrea, creatinina y electrolitos), así como también el agua acumulada en exceso.
Este tratamiento no es curativo y es de por vida ya que no modifica la lesión que se produjo en sus riñones.
La hemodiálisis es el procedimiento más utilizado en la actualidad y de más rápido acceso en los casos de urgencia. Para poder realizarla es necesario extraer sangre del cuerpo del paciente y hacerla circular por medio de un tubo estéril hacia el filtro de diálisis, que es un componente de la máquina o riñón artificial. Este filtro está dividido en dos espacios por medio de una membrana semipermeable: por un lado pasa la sangre y por el otro el líquido de diálisis. Esta membrana es muy delgada y contiene poros que permiten el paso de las sustancias de desecho o tóxicas y del agua desde la sangre hacia el líquido de diálisis no permitiendo el paso de glóbulos rojos, blancos, proteínas de tamaño grande y hormonas, etc.
En la diálisis la sangre está cargada de sustancias tóxicas y el líquido de diálisis no las contiene, por lo tanto, esta diferencia de concentración de un lado al otro es lo que determina el transporte de sustancias desde la sangre al dializado.
Todo este proceso es dinámico ya que la sangre circula constantemente por el filtro: sale sangre limpia que retorna al paciente, existiendo siempre la diferencia de concentración necesaria para poder “limpiar las toxinas” en forma contínua.
Según el tipo de membrana empleado (natural o artificial) existen dos tipos de diálisis.
¿Qué tipo de diálisis elegir?
A la hora de decidirse por un tipo de diálisis hay que tener en cuenta una serie de factores.
La Hemodiálisis
Es la modalidad de tratamiento de diálisis que consiste en purificar y limpiar la sangre de desechos tóxicos y que elimina el exceso de líquidos. En la hemodiálisis se utiliza un riñón artificial que está conectado a una máquina con un sistema de tubos y un filtro.
Para filtrar un volumen adecuado de sangre se necesita un acceso o conexión vascular que puede ser una fístula o un catéter. El tiempo de duración de cada sesión de hemodiálisis es 4 horas y la frecuencia recomendada es de tres sesiones por semana. Estos parámetros pueden variar de acuerdo al criterio médico pero, son los indicados generalmente.
Complicaciones durante la hemodiálisis:
Existen dos tipos: propias del paciente y propias del equipo.
1. Propias del paciente:
- Disminución de la presión arterial.
- Calambres musculares.
- Dolor de cabeza.
- Dolor en el pecho acompañado de sudoración y frío.
- Vómito.
- Embolia aérea.
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